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lunes, 22 de mayo de 2017

In Memoriam: Mtro. Miguel H. Manzo Godínez
Impulsor de la capacitación del dirigente sindical

Por Catalina Ángeles Valencia

*“Compartir responsabilidades” fue su filosofía de trabajo, mediante las experiencias y conocimientos adquiridos como secretario particular del doctor Hugo Domenzáin Guzmán y del licenciado Carlos Jiménez Macías, ex líderes de la FSTSE 
*Estuvo convencido que el trabajo sindical es de tiempo completo y capacitación continua 


El reto más desafiante para el maestro Miguel Humberto Manzo Godínez fue encontrar la fórmula que permitiera aglutinar y reunificar a la organización después de un “controvertido” Décimo Congreso Nacional Ordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE
(SNTISSSTE), celebrado en Manzanillo, Colima, en febrero de 1993.
Allí, la inmensa mayoría, no sólo del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), sino también las 48 Secciones Sindicales, delegados y trabajadores, se habían inclinado a favor de la candidatura de Alfredo Figueroa Galeana (q.p.d.) a la Secretaría General.
Tras el anuncio de su candidatura el 3 de febrero de 1993, tiene que hacer uso de todos sus conocimientos de psicología y sindicales para convencer a la oposición, más del 90 por ciento, de que él era el candidato para dirigir los destinos del SNTISSSTE.
“Llegué a la dirigencia nacional tras una sucesión bastante difícil, pero puedo sumar en la lista de logros la reunificación de la dirigencia”, explica el maestro Manzo Godínez.
Recuerda que al tomar protesta como dirigente nacional, si bien tenía la preocupación de arribar a una responsabilidad con un Comité Nacional, en su mayoría contrario a él, su experiencia y conocimientos de la organización le daban la seguridad de salir avante en la enorme encomienda sindical.
Entrevistado en la Biblioteca Lic. Ernesto Quiñones López del edificio sede del SNTISSSTE, el maestro Manzo Godínez refiere que “compartir responsabilidades” fue la dinámica de trabajo durante su gestión, gracias a la experiencia y conocimientos adquiridos como secretario particular del doctor Hugo Domenzáin Guzmán y del licenciado Carlos Jiménez Macías, cuando fueron Secretarios Generales de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE).
En esos años, recuerda, “me tocaba recibir a los Secretarios Generales y los comités nacionales de todos los sindicatos cuando iban a ver al líder nacional de la Central, así también coordinaba los trabajos de los representantes de la FSTSE ante la Junta Directiva del ISSSTE. Estas dos etapas me permitieron definir mi forma de trabajo”.
¿Cómo era esa forma de trabajo? Se pregunta y  contesta: “reconocer que el Secretario General no es Dios, ni el que no se equivoca, ni el que manda, como cualquier otro jefe de los que criticamos por parte de las autoridades, es simplemente alguien que coordina los trabajos y no tiene que ser diferente de cómo era antes de asumir la dirigencia”.
Las relaciones humanas no es tema difícil para el maestro Manzo Godínez, ya que su profesión de psicólogo le permite entender que en las organizaciones “cada quien tiene que asumir sus propias responsabilidades”.
Recuerda que cuando alguien le pregunta durante su gestión ¿cómo le haces para unificar al Sindicato? Simplemente contesta: “sí, es un trabajo difícil y pesado, pero pude decir que para mí no lo es. ¿Por qué? ¡Porque lo sé hacer!”.
“Les decía a los integrantes de mi Comité, a mí no me esperen para hacer las cosas, porque ni sé todo, ni esperen a que les diga cómo hacerlas, si la regamos la regamos los dos, si lo  hacen bien, pues lo hacen bien ustedes”.
Su filosofía fue “compartí responsabilidades”. Por ejemplo, refiere, “jamás vi un cheque de finanzas. Carlos Pontones –Secretario de Finanzas- me llevaba los blocks de 100 o 200 cheques, siempre se los firmé en blanco. No era mi tarea estar cuidando el dinero, era de él. Como le tenía confianza, pues no tenía por qué estarle pidiendo cuentas a cada rato”.
En la actualidad, explica, el dirigente sindical no puede ser de tiempos libres, “de los ratos que le quedan después de hacer otras actividades”.
El dirigente sindical, enfatiza, “tiene que ser de tiempo completo porque hoy es un estatus profesional de la administración pública, por ello tiene que prepararse para ser dirigente, no quiere decir ir a la escuela, sino capacitarse y dedicarse a lo que está haciendo”.
“Alguna vez decía, ¡caramba, si tenemos una licencia sindical, tú secretario general, tú secretaria de comité, tan siquiera dedícate a trabajar las horas que harías si estuvieras en tus labores! 
“No utilices la licencia para decir, ahora ya no voy a trabajar, no se trata de eso. Por eso creo que lo primero es prepararse, capacitarse y dedicarse. En eso ya no hay vuelta de hoja”, asegura.
El sindicato en la política
Para el maestro Miguel H. Manzo Godínez uno de los problemas del sindicalismo mexicano, concretamente del sindicalismo burocrático, es haberse contaminado con la política.
Asevera que “hay dirigentes en la actualidad que son más políticos que sindicalistas. Este el gran problema de los sindicatos que optaron más por los aspectos políticos que por los gremiales, aunque es de entenderse en un sistema de dominación partidista”.
Es un convencido de que cuando “los sindicatos forman parte del poder y se involucran en las decisiones del poder político se alejan de su esencia sindical”. 
En el caso del SNTISSSTE, lo dice el Estatuto desde hace muchos años, “tiene como objetivo el estudio, mejoramiento y superación de los trabajadores, siempre he añadido, y de la institución, porque el trabajo sindical no debe estar separado del trabajo institucional”.
Explica, “es difícil para muchos entenderlo así, porque no les conviene. Yo quisiera saber de qué nos va a servir a una organización sindical si la institución se deteriora o desaparece, por eso creo en el binomio sindicato-institución”.
Insiste en que los sindicatos tienen que participar en los programas de las instituciones. “Los sindicatos no solamente deben pugnar por más sueldo, más prestaciones, más días económicos o evitar el levantamiento de una acta por abandono de trabajo o por conductas inadecuadas en algún centro de trabajo”.
El Sindicato, sostiene, no es aseguradora de accidentes al que sólo se recurre cuando se tiene problemas. “El SNTISSSTE, lamentablemente, se convirtió en eso. Por eso es necesario cambiar esta imagen, ya que la organización sindical es una instancia, es una identidad administrativa que participa en el mejoramiento de los programas de la administración pública en la que se labora, y no tenemos por qué ser enemigos. Podrán ser enemigo el dirigente y el Director General, pero las identidades no pueden ser enemigas”.
Continuidad en los programas
Sí debe haber continuidad en el trabajo, “es algo esencial, aunque es algo real que nunca sucede. Es lo que nos ha sucedido en el país, por eso podemos decir que es un mal nacional, cuando llego lo de atrás se acabó y empezamos de nuevo, y esto se da en todos los ámbitos, sea el presidente municipal, diputado local y federal, un senador, un gobernador, un dirigente sindical, de una sección, un delegado sindical”.
“¿Cuánta documentación se entrega de una gestión a otra? ¿Cuándo hemos visto que un Secretario General, los secretarios de comité o seccional, le digan a su sucesor ´este es el trabajo que se hizo, aquí te dejo las carpetas´? ¡No! Es como si fuera un intento para ocultar sus culpas”.
“¿Qué es lo sucede en todos los ámbitos de la vida pública de México? Es lo mismo, siempre queremos empezar, y por eso decimos ´por primera vez´ en esta organización sindical, en esta institución, en esta Cámara de Diputados… por primera vez salió el sol, chin, que antes no salía, sí antes era otro, nos hacen creer que sucede por primera vez”.
“Ese es el problema que tenemos. No hay continuidad ni de la Presidencia de la República mucho menos en los sindicatos que se hicieron a imagen y semejanza del PRI”.

“Quiero ser muy concreto, aunque es algo que puede molestar, pero lo vemos en cualquier oficina por muy pequeña que sea, dicen ´ya se fue el anterior, ahora cámbienle el color de la alfombra o la pintura porque aquí ya es otra cosa´. Eso nos ha hecho mucho daño”, concluye.

jueves, 24 de abril de 2014

Lic. Marcelino Miranda Añorve


           "Transparencia y buenos  resultados, es lo que cuenta"

*Secretario General del SNTISSSTE 1996-1999, reflexiona sobre el papel del dirigente
*Unidad, información y capacitación continua, tarea importante para los nuevos líderes sindicales


Por Catalina Ángeles Valencia

El dirigente sindical debe estar bien informado, ser un conocedor tanto de la Sección Sindical como de la Organización, contar con una cultura que le permita estar enterado de la vida de la institución, pero sobre todo “ser un líder que hable siempre con la verdad y sus acciones sean trasparentes”.
 Esta, “era mi filosofía como dirigente”, refiere en entrevista el licenciado Marcelino Miranda Añorve, Secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE (SNTISSSTE), gestión 1996-1999, quien agrega que “si los dirigentes no se actualizan, los trabajado­res nos cambiarán”.
 Hoy más que nunca, precisa, los líderes sindicales deben “ser más transparentes y aprender de los retos que tienen los trabajadores; deben tener principios sólidos que les permita mantener un sindicato fuerte y unido”.
 El también abogado establece que la transparencia del dirigente le  dará autoridad moral. Resalta que “si un gobernante o dirigente quiere tener autoridad moral sólo la podrá obtener por su buen desempeño. El gobernar y el dirigir se puede definir en tres palabras: eficiencia, transparencia y buenos resultados”.

 Su carrera sindical

El licenciado Miranda Añorve nació el 14 de febrero de 1945 en el barrio de la Cruz Grande de Ometepec, Guerrero, comunidad de donde salió muy joven para trabajar y estudiar.
 Ingresó al ISSSTE el 16 de agosto de 1964 como Auxiliar Administrativo 3 “A” en la Auditoría General (Sección Sindical I), donde es  Delegado Efectivo al II y III Congreso Nacional Ordinario del SNTISSSTE, 1969 y 1972, respectivamente.
 En 1972 se graduó como abogado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con la tesis La seguridad social y los trabajadores al servicio del Estado. En este mismo año fue campeón nacional de oratoria representando a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) y en 1975 al SNTISSSTE.
 Como  Secretario de Acción Juvenil del SNTISSSTE, aseguró  “me hice notar con las actividades que desarrollé en esta cartera sindical, lo que me dio la oportunidad  para seguir participando en la organización”.
 “Ser consciente que la política sindical tiene que ver con las directrices en el ámbito nacional me permitió  definir estar en donde se toman las decisiones, si quería continuar con mi carrera sindical”, puntualiza.
 Recuerda que cuando el licenciado Carlos Jiménez Macías asume la dirigencia  del SNTISSSTE en 1981, “además de la buena amistad que me dispensaba, se  construye una excelente relación laboral de compañerismo, lo que sirve para que me designe su secretario particular durante su gestión sindical”.
 Instalado en el “equipo cupular  del Sindicato logró, en la gestión del doctor Rodolfo Mario Campos Bravo, ser el Presidente del Comité de Vigilancia”.
 También estableció una buena relación con el licenciado Juan Díaz Aguirre, “en varias ocasiones asistimos juntos a eventos sindicales en distintos países, ya que en esos años (1975-1978) yo era el Secretario de Relaciones Internacionales, además como jóvenes teníamos muchas coincidencias”.
 Cuando el licenciado Díaz Aguirre llega a la dirigencia del SNTISSSTE en 1987, Miranda Añorve fue nombrado Secretario de Asuntos Jurídicos y Legislativos.
 Paralelamente se integró a la campaña política de Juan Francisco Ruiz Massieu a la gubernatura de Guerrero, pero sin perder el contacto y sus “buenas relaciones en el Comité Ejecutivo del SNTISSSTE”.
 Con el arribo a la Secretaría General de la FSTSE del licenciado Carlos Jiménez Macías en 1992, el licenciado Miranda Añorve fue nombrado magistrado representante de la Central de servidores públicos ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, al tiempo que es elegido Diputado Federal por Guerrero.
 En la LVI Legislatura de la Cámara de Diputados coincidió con el maestro Miguel Humberto Manzo Godínez, con quien inició “una buena relación político sindical”, cuando llegó a la Secretaría General del SNTISSSTE en febrero de 1993, Miranda Añorve fue nombrado Secretario de Acción Política.
 Estos acontecimientos, dice el entrevistado, “van sembrando la esperanza y mi interés por dirigir los destinos del Sindicato”. Aspiraciones que se fueron definiendo el 7 de febrero de 1996 cuando se le postuló como candidato de unidad a la Secretaría General del SNTISSSTE.
 En el XI Congreso Nacional Ordinario, celebrado del 12 al 14 de febrero de 1996, Marcelino Miranda Añorve asumió el cargo de Secretario General  en Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero, ante la presencia del gobernador del estado, Rubén Figueroa; el director del ISSSTE, licenciado Manuel Aguilera y el licenciado Carlos Jiménez en representación del líder del PRI, Santiago Oñate Laborde.
 En su toma de posesión, recuerda el licenciado Miranda Añorve, “me comprometí a encabezar un sindicalismo incluyente que preservara y fortaleciera la unidad de los trabajadores, porque estoy convencido que el verdadero sindicalismo unifica y construye lealtades”.
 Señala que uno de los logros más importantes fue la puesta en marcha del Programa Nacional de Fortalecimiento Operativo de los Recursos Humanos en las áreas de trabajo, cuyo objetivo era concluir la revisión de todas las plantillas de personal.
 Esto permitió la revisión de más de 75 mil plazas, cambios de servicio y/o turno, ampliación de jornada, turnos opcionales, asignación de riesgos profesionales y cambios de adscripción, lo que benefició en general a más de  51 mil trabajadores, refiere.
 Fue en esa época que “a mí me corresponde acordar con los directores del ISSSTE, Manuel Aguilera Gómez, José Antonio González Fernández y Socorro Díaz Palacios, bajo la filosofía de una relación de esfuerzos compartidos, sustentados en el diálogo y los buenos entendimientos, sin claudicar en la defensa de los intereses y derechos laborales de los trabajadores”. 

lunes, 17 de marzo de 2014

Mtro. Miguel H. Manzo Godínez

Impulsor de la capacitación  del dirigente sindical

Por Catalina Ángeles Valencia

*“Compartir responsabilidades” fue su filosofía de trabajo, mediante las experiencias y conocimientos adquiridos como secretario particular del doctor Hugo Domenzáin Guzmán y del licenciado Carlos Jiménez Macías,  ex líderes de la FSTSE 
*Estuvo convencido que el trabajo sindical es de tiempo completo y capacitación continua 


El reto más desafiante para el maestro Miguel Humberto Manzo Godínez fue encontrar la fórmula que permitiera aglutinar y reunificar a la organización después de un “controvertido” Décimo Congreso Nacional Ordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE (SNTISSSTE), celebrado en Manzanillo, Colima, en febrero de 1993.
Allí, la inmensa mayoría, no sólo del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), sino también las 48 Secciones Sindicales, delegados y trabajadores,  se habían inclinado a favor de  la candidatura de Alfredo Figueroa Galeana (q.p.d.) a la Secretaría General.
Tras el anuncio de su candidatura el 3 de febrero de 1993, tiene que hacer uso de todos sus conocimientos de psicología y sindicales para convencer a la oposición, más del 90 por ciento, de que él era el candidato para dirigir los destinos del SNTISSSTE.
“Llegué a la dirigencia nacional tras una sucesión bastante difícil, pero puedo sumar en la lista de logros la reunificación de la dirigencia”, explica el maestro Manzo Godínez.
Recuerda que al tomar protesta como dirigente nacional, si bien tenía la preocupación de arribar a una responsabilidad con un Comité Nacional, en su mayoría contrario a él, su experiencia y conocimientos de la organización le daban la seguridad de salir avante en la enorme encomienda sindical.
Entrevistado en la Biblioteca Lic. Ernesto Quiñones López del edificio sede del SNTISSSTE, el maestro Manzo Godínez refiere que “compartir responsabilidades” fue la dinámica de trabajo durante su gestión, gracias a la experiencia y conocimientos adquiridos como secretario particular del doctor  Hugo Domenzáin Guzmán y del licenciado Carlos Jiménez Macías, cuando fueron Secretarios Generales de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE).
En esos años, recuerda, “me tocaba recibir a los Secretarios Generales y los comités nacionales de todos los sindicatos cuando iban a ver al líder nacional de la Central, así también coordinaba los trabajos de los representantes de la FSTSE ante la Junta Directiva del ISSSTE. Estas dos etapas me permitieron definir mi forma de trabajo”.
¿Cómo era esa forma de trabajo? Se pregunta y  contesta: “reconocer que el Secretario General no es Dios, ni el que no se equivoca, ni el que manda, como cualquier otro jefe de los que criticamos por parte de las autoridades, es simplemente alguien que coordina los trabajos y no tiene que ser diferente de cómo era antes de asumir la dirigencia”.
Las relaciones humanas no es tema difícil para el maestro Manzo Godínez, ya que su profesión de psicólogo le permite entender que en las organizaciones “cada quien tiene que asumir sus propias responsabilidades”.
Recuerda que cuando alguien le pregunta durante su gestión ¿cómo le haces para unificar al Sindicato? Simplemente contesta: “sí, es un trabajo difícil y pesado, pero pude decir que para mí no lo es. ¿Por qué? ¡Porque lo sé hacer!”.
“Les decía a los integrantes de mi Comité, a mí no me esperen para hacer las cosas, porque ni sé todo, ni esperen a que les diga cómo hacerlas, si la regamos la regamos los dos, si lo  hacen bien, pues lo hacen bien ustedes”.
Su filosofía fue “compartí responsabilidades”. Por ejemplo, refiere, “jamás vi un cheque de finanzas. Carlos Pontones –Secretario de Finanzas- me llevaba los blocks de 100 o  200 cheques, siempre se los firmé en blanco. No era mi tarea estar cuidando el dinero, era de él. Como le tenía confianza, pues no tenía porque estarle pidiendo cuentas a cada rato”.
En la actualidad, explica, el dirigente sindical no puede ser de tiempos libres, “de los ratos que le quedan después de hacer otras actividades”.
El dirigente sindical, enfatiza, “tiene que ser de tiempo completo porque hoy es un estatus profesional de la administración pública, por ello tiene que prepararse para ser dirigente, no quiere decir ir a la escuela, sino capacitarse y dedicarse a lo que está haciendo”.
“Alguna vez decía, ¡caramba, si tenemos una licencia sindical, tú secretario general, tú secretaria de comité, tan siquiera dedícate a trabajar las horas que harías si estuvieras en tus labores! 
“No utilices la licencia para decir, ahora ya no voy a trabajar, no se trata de eso. Por eso creo que lo primero es prepararse, capacitarse y dedicarse. En eso ya no hay vuelta de hoja”, asegura.
El sindicato en la política
Para el maestro Miguel H. Manzo Godínez uno de los problemas del sindicalismo mexicano, concretamente del sindicalismo burocrático, es haberse contaminado con la política.
Asevera que “hay dirigentes en la actualidad que son más políticos que sindicalistas. Este el gran problema de los sindicatos que optaron más por los aspectos políticos que por los gremiales, aunque es de entenderse en un sistema de dominación partidista”.
Es un convencido de que cuando “los sindicatos forman parte del poder y se involucran en las decisiones del poder político se alejan de su esencia sindical”. 
En el caso del SNTISSSTE, lo dice el Estatuto desde hace muchos años, “tiene como objetivo el estudio, mejoramiento y superación de los trabajadores, siempre he añadido, y de la institución, porque el trabajo sindical no debe estar separado del trabajo institucional”.
Explica, “es difícil para muchos entenderlo así, porque no les conviene. Yo quisiera saber  de qué nos va a servir a una organización sindical si la institución se deteriora o desaparece, por eso creo en el binomio sindicato-institución”.
Insiste en que los sindicatos tienen que participar en los  programas de las instituciones. “Los sindicatos no solamente deben pugnar por más sueldo, más prestaciones, más días económicos o evitar el levantamiento de una acta por abandono de trabajo o por conductas inadecuadas en algún centro de trabajo”.
El Sindicato, sostiene, no es aseguradora de accidentes al que sólo se recurre cuando se tiene problemas. “El SNTISSSTE,  lamentablemente,  se convirtió en eso. Por eso es necesario cambiar esta imagen, ya que la organización sindical es una instancia, es una identidad administrativa que participa en el mejoramiento de los programas de la administración pública en la que se labora, y no tenemos porque ser enemigos. Podrán ser enemigo el dirigente y el Director General, pero las identidades no pueden ser enemigas”.
Continuidad en los programas
Sí debe haber continuidad en el trabajo, “es algo esencial, aunque es algo real que nunca sucede. Es lo que nos ha sucedido en el país, por eso podemos decir que es un mal nacional, cuando llego lo de atrás se acabó y empezamos de nuevo, y esto se da en todos los ámbitos, sea el presidente municipal, diputado local y federal, un senador, un gobernador, un dirigente sindical, de una sección, un delegado sindical”.
“¿Cuánta documentación se entrega  de una gestión a otra? ¿Cuándo hemos visto que un Secretario General, los secretarios de comité o seccional, le digan a su sucesor ´este es el trabajo que se hizo, aquí te dejo las carpetas´? ¡No! Es como si fuera un intento para  ocultar sus culpas”.
“¿Qué es lo sucede en todos los ámbitos de la vida pública de México? Es lo mismo, siempre queremos empezar, y por eso decimos ´por primera vez´ en esta organización sindical, en esta institución, en esta Cámara de Diputados… por primera vez salió el sol, chin, que antes no salía, sí antes era otro, nos hacen creer que sucede por primera vez”.
“Ese es el problema que tenemos. No hay continuidad ni de la Presidencia de la República mucho menos en los sindicatos que se hicieron  a  imagen y semejanza del PRI”.
“Quiero ser muy concreto, aunque es algo que puede molestar, pero lo vemos en cualquier oficina por muy pequeña que sea, dicen ´ya se fue el anterior, ahora cámbienle el color de la alfombra o la pintura porque aquí ya es otra cosa´. Eso nos ha hecho mucho daño”, concluye.

jueves, 20 de febrero de 2014

Entrevista con Carlos Jiménez Macías



“Si volviera a nacer sería como soy… además periodista y comunicólogo”


Por Catalina Ángeles Valencia


Disfruta del ayer, lo platica sin cortapisas: “son mis raíces, mi fortaleza y punto de partida de lo que hoy soy”…Cónsul General de México en Chicago, Illinois, Estados Unidos de América.
“S
iempre he creído que ser dirigente sindical es la mejor universidad de la vida para construirse una conciencia social personal; para aprender que la política es el arte de lo posible y no siempre de lo deseable; para instruirme que, en política, hay tres requisitos que me recomendó seguir mi padre y llevan las tres “p”: prudencia, paciencia y perseverancia. Estas recomendaciones  son las normas que rigen mi vida”.
No se puede ser líder, explica, si no somos capaces de concebir lo que siente alguien que apenas le alcanza su salario para sostener a su familia; o de aquel que se pasa la vida esperando que le den mejores oportunidades en su empleo; o cuando un funcionario o autoridad le violenta sus derechos.
En suma, no puede ser líder sindical quien no haya tenido la capacidad de aprender de los demás que el signo de la dirigencia gremial es la lucha por una vida mejor del trabajador, asegura.
Para Jiménez Macías tener conciencia social es pasión, es entrega, es enjundia; es tener una gran voluntad para luchar en contra de muchos obstáculos que cada vez tienen los sindicatos y los líderes. Por ello, el dirigente tiene que tener una formación sindical; un sentido de solidaridad y sustento en la base trabajadora. 
¡Qué historia!
“Mi origen es humilde, mi primer trabajo fue como cerillo en una tienda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en San Luis Potosí y no me da vergüenza confesarlo”.
Desde entonces a la fecha han pasado 51 años y el licenciado Carlos Jiménez Macías revive, se explaya y se sumerge en sus recuerdos, en sus juicios y “con mucho orgullo” sostiene: “llevo el liderazgo en la sangre, ya que mi padre también fue dirigente sindical y toda su vida laboral estuvo en el servicio público,  primero como telegrafista, después como cartero, para luego ser agente postal ambulante en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT)”.
Afirma que tiene en las venas  la lucha por los trabajadores, primero de su progenitor y luego por la fecha de su nacimiento, el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo. “De niño notaba que en mi casa muchos trabajadores iban y venían, porque en aquellos tiempos los sindicatos no tenían sedes, no tenían edificios, por eso mi padre atendía a mucha gente en casa. Escuchar a los dirigentes discutir y organizarse se me fue metiendo en la piel”.
Delegado y líder seccional  
Poco después de ingresar al ISSSTE, y con tan sólo 17 años, lo eligen como delegado sindical. A principios de la década del 70 se involucra en la lucha por democratizar a la Sección XXIX de San Luis Potosí, porque su dirigencia se había inmovilizado, ya que desde su creación no se convocaba a la renovación de la Sección y en 1974, impulsado por la “Tía Chuy” –líder innata- gana la Secretaría General Seccional.
Jiménez Macías recuerda con nostalgia: “junto con mis compañeros de San Luis Potosí conocimos al doctor Carlos Riva Palacio Velazco cuando era Secretario de Actas y Acuerdos del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE (SNTISSSTE), 1972-1975, cuando llegó a presidir una reunión en donde la disidencia –que éramos mis compañeros y yo- nos maltrató un poco”.
Rememora: “cuando tomo la palabra, creo que por mi juventud  me le fui a la yugular, le dije hasta de lo que se iba a morir, pero era en buen plan. Le sostuve que no podía ser posible un sindicato anquilosado y antidemocrático en la Sección XXIX, entonces el doctor Riva Palacio tuvo el acierto de entender que nuestra lucha era justa”.
En esa caldeada asamblea, es como se inicia el acercamiento de los dos Carlos, Riva Palacio y Jiménez. “Después de ahí, el doctor Riva Palacio nos invita a cenar a las cabezas de ese movimiento y ahí nos dice, veo que te crees muy revolucionario, pero las cosas no van a cambiar si sigues así, si siguen ustedes desde abajo, gritando, aventando cosas –por decirlo de alguna manera- no van a llegar a ningún lado, por qué mejor no le entran a la lucha formal y contiendes para la dirigencia”.
Después de esto, dice Jiménez Macías, como a la semana llega a mi casa la famosa “Tía Chuy”, además de su grupo de enfermeras que lideraba, las acompañaban médicos, trabajadores administrativos y de intendencia. Ahí, es donde me convencen de que yo debía ser el candidato a la dirigencia”.
Recuerda que en un encuentro de Secretarios Generales Seccionales con el doctor Julio Cortazar Terrazas en el Distrito Federal, y todavía faltando mucho tiempo para el cambio de la dirigencia nacional, “me levanto y digo que como el próximo año la dirigencia va a cambiar, el mejor candidato que podemos tener es el doctor Carlos Riva Palacio”.
Continúa, “él estaba ahí, me agarra y reclama: no me hagas eso barbón, me has dado un fuerte golpe, brutal, eso me puede costar todo, van a decir que ya me estoy lanzado, de aquí empieza mi historia en el Sindicato Nacional”.
En el IV Congreso Nacional Ordinario (1975) celebrado en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el  doctor Carlos Riva Palacio es elegido Secretario General del SNTISSSTE, “me  invita a integrarme a su Comité como Secretario de Trabajo y Conflictos en Asuntos Foráneos, grande fue mi
Lic. Pedro Ulloa Lugo, Dr. Hiram Landeros y Lic. Carlos Jiménez Macías, integrantes del Triunvirato que sustituyó al Dr. Carlos Riva Palacio Velazco en la dirigencia del SNTISSSTE.
 sorpresa, pues por edad pensaba que sería el Secretario de Acción Juvenil”. Un año después de estar al frente del Sindicato, Riva Palacio Velazco solicita licencia para ocupar la dirigencia nacional de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE). Carlos Jiménez Macías, junto con el doctor Hiram Landeros Buentiempo y el licenciado Pedro Ulloa Lugo, integran lo que se llamaría el triunvirato para conducir los destinos del SNTISSSTE, 1976- 1977.
Sus inicios como representante popular  
El doctor Carlos Riva Palacio Velazco, “me abre el camino de lo que hoy soy”. Carlos Jiménez Macías es el Secretario General más joven que ha habido, tanto en el SNTISSSTE como en la FSTSE, a donde llegó a los 32 y 42 años, respectivamente.
Además de haber ocupado en tres ocasiones un curul en la Cámara de Diputados y un escaño en dos Legislaturas en el Senado, reconoce en Riva Palacio Velazco el principal impulsor de su carrera política, aparte de haber sido su “maestro y amigo”.
Hoy a Jiménez Macías sólo le falta ocupar la Dirección General del ISSSTE, su máximo anhelo, ya que “fue mi punto de partida y quiero que sea mi punto de regreso, espero no morirme en ese anhelo”; para lograr lo que su principal  mentor y descubridor sindical Carlos Riva Palacio Velazco logró: ser Secretario General del SNTISSSTE, líder de la FSTSE y titular del ISSSTE.
Su arribo a la dirigencia del SNTISSSTE  
Carlos Jiménez Macías refiere “yo me dije, si a mí me vieron características, cualidades o capacidades para formar parte de este triunvirato es que puedo ser Secretario General. Me lo propuse como una de mis metas más grandes de mi vida, porque tenía siempre presente que llegué al ISSSTE como un modesto cerillo y como un modesto auxiliar de intendencia que limpiaba los pisos”.

Y como dice: “provenía de una modesta familia integrada por siete hijos. Siendo muy joven yo no trabajé por gusto, lo hice por necesidad como lo hicimos todos en mi casa. Me propuse y supe que las jornadas no tenían límites, que había que sacrificar cosas personales, pero que las satisfacciones serían enormes”.
Afirma que cuando alguien tiene la prudencia necesaria para actuar con rectitud y con honestidad, se tiene también el respeto de los demás. Entonces comenzó a trabajar en el sueño de alcanzar la Secretaría General del SNTISSSTE. “Más allá de que fuera una decisión política, estaba convencido de que tenía que trabajar mucho”. “Hay quienes creen que pueden y deben ser dirigentes de un sindicato porque son amigos de, o por estar cercanos al dirigente en turno, y a mí me parece que eso es un error muy lamentable, si no se complementa con el quehacer sindical desde y con la base trabajadora”.
“El doctor Domenzáin Guzmán fue importante para que fuera Secretario General en 1982, pero también hice todo lo que me tocaba, porque siempre he creído que las cosas que uno se propone hay que luchar con fuerza para lograrlas; capacidad y pasión por alcanzarlas; y aunque no las alcances te puedes ir con la satisfacción de que hiciste lo que te toca hacer, si no se dio, es que  estaba más allá de mis posibilidades”.
Reconoce que fue muy amigo del doctor Riva Palacio, “creo que me estimó mucho, pero también me había ganado a pulso el reconocimiento y el respeto de los trabajadores, porque siempre fui luchador de frente”.
Sindicalismo federado  
Soy el dirigente más joven que ha tenido la FSTSE, llegué a los 42 años. Tenía un compromiso con el cambio. Lo que dijo Salvador Allende, personaje que ha impactado en mi vida, cuando se dirigió a los jóvenes en la Universidad de Guadalajara: “ser joven y no ser revolucionario, es una contradicción hasta biológica”.
“Siempre que llegué a un cargo, y siendo tan joven, sabía que mi compromiso era el cambio, porque revolucionario es cambiar. Siempre dije, revolucionemos al sindicalismo, hagámoslo más democrático, hagámoslo más auténtico, luché por eso. Revolucionemos también la relación laboral. Seamos trabajadores más productivos”.
Por ello refiere que cuando llega como líder de la FSTSE, 1992-1995, “echamos a andar el Primer Acuerdo de Modernización y Productividad con el Presidente Ernesto Zedillo.
Soy un convencido de que los trabajadores tienen que ser más productivos, pero también he sostenido que tienen que ser mejor pagados, porque no es justo que se quieran cambiar el estado de las cosas y a todos se les exija, pero si no cambian las autoridades y las normas, pues esto no es posible”.
Si volviera a nacer  
Iba por media hora de entrevista, pero eran muchos los recuerdos del licenciado Carlos Jiménez Macías el tiempo transcurrió tan rápido que para estos momentos sólo podía hacer una pregunta más. ¿Qué le gustaría ser, que todavía no ha logrado?
Siempre he dicho que soy un comunicador frustrado, no porque no haga de mi vida una actividad de comunicación todos los días. Creo mucho en la comunicación humana y es mi pasión y no quiero dejarla como algo que se puede tomar como hobby, sino que se ha convertido en otro ímpetu de mi vida.
Por ello, “la comunicación es una de mis pasiones, por eso me hice el propósito de estudiar más, después de vejez viruela. Llevo seis cursos en la Universidad de Washington, Estados Unidos, sobre marketing político y comunicación política, creo que cuando me corran de la política me voy a dedicar a la consultoría, porque creo que la comunicación es un instrumento fundamental del ser humano”.
De Ignacio Sánchez Cid (q.p.d.), Director de Comunicación Social, cuando Jiménez Macías era el Secretario General del SNTISSSTE, refiere “es un personaje muy vinculado a mi vida. Creo que él fue el culpable de mi enamoramiento con la comunicación. Creo que fue una de las etapas en donde el sindicato tuvo una mayor presencia en los medios de comunicación”.
Sobre el tema agrega: “voy a hacer un comentario de buena fe, creo y siento que muchos de los dirigentes del sindicato no han sabido aprovechar el instrumento de la comunicación, no solamente para poner al sindicato en una posición muy importante ante la opinión, sino también  para lograr mejores avances, me parece fundamental destacar esto”.
“Por eso soy un convencido –enfatiza- que no es asunto de quién está en comunicación social, sino quien está en la cabeza, si la cabeza no cree en eso, pues eso no funciona. Un sindicato que no comunica, es una organización que no logra, primero la solidaridad de las luchas que emprende y luego alcanzar plenamente lo que se propone”.
Para finalizar, destaca, “si me preguntaran ¿qué hubiera sido si no hubiera sido lo que soy? o ¿si volviera a nacer qué me gustaría ser? quisiera volver a ser tal como soy, pero le agregaría algo más, ser periodista y comunicólogo”.

miércoles, 8 de enero de 2014

Mis lecturas: El Monje que vendió su ferrari

No es lo que sacas de los libros lo que enriquece tanto; lo que al final cambiará tu vida es lo que los libros consigan sacar de ti: Robin Sharma

Por Catalina Ángeles Valencia

Recién había terminado un evento del Sindicato del ISSSTE en el teatro Ciudadela, cuando decidí caminar hacia la calle de Balderas, a un costado de la Biblioteca México José Vasconcelos, en el Centro de la Ciudad de México.
Sobre la calle de  Balderas rumbo a la avenida Chapultepec se encuentran una decena de puestos callejeros donde se vende ropa y artesanía mexicana, revistas antiguas, música, cine de arte, libros de informática, novela, historia, narrativa, poesía, de superación y desarrollo personal.
Entre todos los libros que vi en mi recorrido hacia el metro Balderas encontré El Monje que vendió su Ferrari. Una fábula espiritual de Robin S. Sharma. Hacia tantos meses que me habían recomendado su lectura, pero mis excusas y argumentos tenían más peso que mi deseo de leer “una agradable variante de libros de autoayuda”.
Hay una frase sabia que reza: “cuando el alumno está listo, aparecen los maestros”. Esto me sucedió esa tarde fría de enero cuando decidí leer a Robin S. Sharma quien dice: “No es lo que sacas de los libros lo que enriquece tanto; lo que al final cambiará tu vida es lo que los libros consigan sacar de ti…los libros en realidad no te enseñan nada nuevo. Los libros te ayudan a ver lo que ya está dentro de ti”.
El Monje que vendió su Ferrari es la historia de Julian Mantle, afamado abogado cuya vida estresante, desequilibrada y obsesionada con el dinero acaba provocándole un infarto. Al recuperarse decide emprender un viaje por el Himalaya, donde descubre un mundo de vidas más gozoso, así como un método que le permite liberar todo su potencial y vivir con pasión, determinación y paz.

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